¿Qué es un Nativo Digital y un inmigrante Digital?
Inmigrante Digital, Nativo Digital, son algunos de los conceptos que fueron naciendo
mientras el uso de Internet seguía creciendo. ¿Quién es un Nativo Digital y un
Inmigrante Digital? Para responder esta pregunta simplemente deberíamos
preguntarnos,¿A quién le resulta más fácil usar las nuevas tecnologías? ¿A los
padres o a los hijos?
Se denomina Nativos Digitales a los niños y adolescentes que
han nacido del año 1990 en adelante y poseen una configuración psicocognitiva
diferente que les permite asimilar con mayor rapidez el uso de las nuevas
tecnologías como Internet, dispositivos móviles, nuevas consolas de
videojuegos, etc.
Los Inmigrantes Digitales son aquellos que han tenido que
adaptarse a estas herramientas, encontrándose con grandes dificultades.
¿En esta nueva era es importante tener en cuenta las
necesidades actuales e intereses de estos nativos digitales?,¿y para poder
contribuir en un aprendizaje significativo los docentes “inmigrantes digitales”
deben capacitarse e indagar acerca de estas nuevas formas de enseñanza y
adaptar contenidos con nuevos métodos y herramientas para lograr un interés de
los alumnos en las clases?.
¿Cuáles serían, a grandes rasgos, las diferencias entre
Nativos Digitales e Inmigrantes Digitales?
• Quieren recibir la información de forma ágil e inmediata.
• Se sienten atraídos por multitareas y procesos paralelos.
• Prefieren los gráficos a los textos.
• Se inclinan por los accesos al azar (desde hipertextos).
• Funcionan mejor y rinden más cuando trabajan en Red.
• Tienen la conciencia de que van progresando, lo cual les
reporta satisfacción y recompensa inmediatas.
• Prefieren instruirse de forma lúdica a embarcarse en el
rigor del trabajo tradicional.
Por el contrario, los
Inmigrantes Digitales no parecen valorar suficientemente las habilidades que
los Nativos Digitales han adquirido y perfeccionado año tras año a través de
interacción y práctica, y prefieren moverse dentro de lo que les es conocido en
virtud de su forma de aprender -que es también la forma en que los enseñaron a
ellos-.
En consecuencia, se
decantan por instruir lenta y seriamente, paso a paso, dentro de un orden. Del
mismo modo, rechazan que los estudiantes puedan trabajar y aprender mientras
ven la televisión o escuchan música, porque a ese precepto restrictivo se
habituaron ellos desde siempre. Los Inmigrantes Digitales no justifican que el
proceso de enseñanza y aprendizaje pueda y deba ser ameno y divertido, a pesar
de que muchos se beneficiaron de ello, deleitándose y formándose con “Barrio
Sésamo”, la inolvidable serie televisiva. Desafortunadamente para nuestros profesores
–Inmigrantes Digitales-, los alumnos que llenan sus aulas crecieron “a la
velocidad de la contracción nerviosa” de los juegos y de MTV (canal temático de
música). Utilizan instantáneamente el hipertexto, descargan música, telefonean
desde dispositivos de bolsillo, consultan la biblioteca instalada en sus
ordenadores portátiles, intercambian mensajes y chatean de forma inmediata. Es
decir, trabajan en Red siempre. De ahí que a los estudiantes actuales les
impacienten y cansen las conferencias, así como la lógica del aprender “paso a
paso” y la instrucción que está cimentada en “pruebas de valoración”. Los
Inmigrantes Digitales, por el contrario, piensan que los métodos por los que
ellos aprendieron no están obsoletos, sino que los que empiezan su formación
rechazan el esfuerzo y la seriedad, como también les ocurrió a ellos cuando se
iniciaban. Habituarse a los métodos tradicionales, pues, sólo sería cuestión de
tiempo y voluntad, más que de intentar hablar la misma “lengua” tecnológica.
¿Quiere esto decir que los Nativos Digitales no prestan atención y, además,
optan por la rebeldía? Pues bien, ellos responden a la doble pregunta alegando
que el proceso de formación no les atrae, no les motiva, no despierta su
interés, ya que todo es valorado a tenor de la
experiencia. ¡Y se les recrimina por no atender…! A sus ojos no deja de ser una
paradoja. Veamos un nuevo testimonio muy expresivo y categórico: “Fui a una
prestigiosa universidad donde todo el profesorado viene del MIT (Massachusetts
Institute of Technology), y se limitaban a leer sus libros de texto… me fui”
–se queja un ex estudiante, que sin duda conocía por experiencia, de un
circuito de Internet que ofrecía un sinfín de posibilidades para simplificar la
investigación, sobre todo en áreas complejas en las que el centro educativo no
brinda excesiva ayuda. Además, la voluntad férrea de los profesores de instruir
a los Nativos según su preceptiva difi culta mucho más el proceso, con lo cual
los estudiantes adscritos al sistema acaban por claudicar y someterse a las
maneras tradicionales, aunque nunca convencidos de sus bondades. Llegados a
esta coyuntura se imponen nuevas cuestiones: ¿Qué debe hacerse? ¿Tendría que
cambiarse algo? ¿Acaso tiene sentido decir que ambos, tanto Nativos como
Inmigrantes, deben aprender juntos de nuevo, una vez que los primeros se han
visto obligados a asumir las fórmulas didácticas de la vieja escuela en contra
de sus tendencias naturales…?
Desafortunadamente, los Inmigrantes Digitales suelen
inquietarse y desconfiar de la profusión de novedades tecnológicas en el
proceso de aprendizaje y, así, sometidos a su autoridad, los Nativos se ven
obligados a ceder, y a retroceder. Por otro lado, puede ser imposible que se
produzca esa interacción Nativo/Inmigrante si sus cerebros son diferentes.
Además, los niños forzados a aprender una cultura desde una lengua nueva –la de
los Inmigrantes- se resisten a rechazar lo propio y a aceptar lo impuesto. A
pesar de ello, hay Inmigrantes Digitales que admiten y reconocen su prevención
y sus limitaciones sobre el universo de la tecnología, pero su ética no les
permite aprender de sus alumnos para integrarse en ella; sin embargo, también
hay quienes no se muestran tan humildes –o flexibles- y, ante el alud
tecnológico, responden haciendo apología del pasado y renegando de las
novedades. En cualquier caso, se impone una reconsideración urgente de métodos
y contenidos. No basta con el deseo de olvidarse de educar a los Nativos
Digitales a la espera de que se formen por sí mismos. Es preciso analizar críticamente
tanto nuestra metodología como los propios contenidos.